texto de inseguridad publica.
inseguridad publica.
La seguridad pública es un factor de atención que ha establecido procesos
de política pública que van desde la implementación de acciones policiales de
“cero tolerancia” hasta la utilización de cuerpos de seguridad como los militares,
con las consecuencias que ello ha acarreado.
Sin duda es necesario establecer
puntos de análisis de este complejo fenómeno que no precisa soluciones fáciles
ni inmediatas, sino procesos de largo alcance que observen las diferentes aristas
del problema.
Una de las principales fuentes que abrevan a una sociedad,
que promueven el temor y el miedo a la inseguridad y que
los Estados no han podido manejar, es la legitimidad para
enfrentar ese problema.
En este sentido, para abordarlo, es
necesario establecer la génesis del fenómeno delictivo y las
causas y consecuencias que ello ha acarreado.
proporcionar seguridad
dentro del marco de respeto a los derechos fundamentales es
uno de los principales objetivos del Estado, pero para ello
es necesario implementar diversas acciones y estrategias.
En
este sentido, el derecho penal ha jugado un papel fundamental
como herramienta de control social.
La planeación de la reacción del Estado contra la delincuencia
existente en su territorio y contra los efectos
generados por los fenómenos criminógenos recibe el
nombre de política criminal, la cual es una sistematización
sociopolítica y jurídica de las prioridades, actividades y
medios dirigidos al control y eventual erradicación de los
fenómenos delincuenciales suscitados en un territorio
determinado.
Un elemento de análisis que no debemos perder de vista
son las constantes intervenciones policiales sobre los
grupos sociales más desprotegidos. Así, en este país es
más riesgoso “parecer delincuente que serlo”, ya que si
te expones a la intervención preventiva de los cuerpos
de seguridad pública eres detenido por “sospechoso”. Por
ello, para evitar la indebida criminalización de las clases
marginales es necesario orientar a nuestro sistema de justicia
hacia un derecho penal de acto y no de autor, como
actualmente se encuentra diseñado; es decir, que no se
castigue a la persona por ser como es, “pobre”, y que se castigue
el acto delictivo en sí.
En cuanto a la seguridad pública y políticas de prevención,
es necesario que se tome en cuenta un modelo de
policía no sólo reactiva sino proactiva que se encuentre
totalmente ligada a la sociedad de manera permanente y
no sólo cuando se es víctima de algún delito; por tanto, el
modelo no se debe basar en acciones de reacción y disuasión,
sino de prevención y de proximidad con la ciudadanía,
en donde el nivel de participación ciudadana sea dirigido y
consolidado en acciones que permitan cambiar el rumbo
de la percepción de inseguridad prevaleciente.
Los cuerpos de seguridad pública deben
tener encomendadas acciones tanto de prevención como
de intervención, pero con una base sólida de legitimidad que
respalde el orden de la ley, que haga valer los derechos de
los ciudadanos y que funcione subsidiariamente en consonancia
con otras estrategias que afiancen el entorno cultural
para conseguir sociedades integralmente más seguras.
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